última actualización
Sept 26, 2018
Ha estado en proceso durante años, una red tecnológica de vigilancia masiva & en expansión de la cual, el mundo jamás ha visto & esta ya fue puesta en acción. El "Sistema de Crédito Social" en la China, que se espera que esté en pleno funcionamiento para el 2020, no solo monitorea a los casi 1,400 millones de ciudadanos del país, también está diseñado para controlarlos & forzarlos, en un gigantesco experimento de ingeniería social que algunos han denominado la "gamificación de la confianza".
Los ciudadanos Chinos bajo vigilancia
Esto se debe a que el proyecto masivo, el cual se ha estado uniendo lentamente durante más de una década, trata de asignar un puntaje de confianza individual a todos los ciudadanos & también a las empresas. De acuerdo con el Partido Comunista de China, el sistema "permitirá que los confiables vaguen libremente bajo el cielo & dificultara que los desacreditados den un solo paso".
Para lograr esto, el esquema sin precedentes aprovechará el inmenso alcance de la infraestructura tecnológica de China, unas 200 millones de cámaras CCTV, según un informe del Corresponsal de Asuntos Exteriores de Australia. La idea es que estos ojos siempre atentos, se conecten a los sistemas de reconocimiento facial & se conecten con los registros financieros, médicos & legales. Todo el aparato seria regulado e interpretado por gigantescas redes avanzadas de inteligencia artificial.
"Esta es una forma totalmente nueva para que el gobierno administre la economía & la sociedad", dijo el economista Martin Chorzempa del Instituto Peterson de Economía Internacional al diario Norteamericano "The New York Times" en julio.
Para un plan tan complejo, la esencia del crédito social es simple. En los programas piloto, los cuales ya entraron en funcionamiento & se encuentran localizados en varias ciudades chinas, a los ciudadanos se les asigna un puntaje numérico. Para actos personales & sociales positivos, como pagar facturas a tiempo, participar en actividades benéficas & clasificar adecuadamente su reciclaje, los ciudadanos obtienen un puntaje elevado, lo que les da acceso a beneficios, como mejores facilidades de crédito, transporte público más barato e incluso tiempos mas cortos de espera para servicios hospitalarios.
El sistema estará activo comenzando el 2020
Pero si el ciudadano rompe las reglas, tendrá que tener cuidado. Las personas que se retrasen con los pagos, o que sean sorprendidas atracando o fumando en áreas para no fumadores, serán castigadas. En lo que se describe como una "dictadura digital", el puntaje del ciudadano recibe un golpe por cada infracción, lo que significa que incurren en sanciones financieras e incluso restricciones de viaje.
Eso es lo que le sucedió al periodista de investigación Liu Hu, quien dice que el sistema de crédito social destruyó su carrera después de que fue puesto en la lista negra por hacer acusaciones de corrupción gubernamental. Calificado como "deshonesto", tuvo acceso a viajes en tren suspendidos & sus cuentas en las redes sociales, que comprenden unos 2 millones de seguidores, fueron cerradas, haciendo que su trabajo se volviera imposible.
Como dijo Hu a un corresponsal extranjero, el no cree que la mayoría de los chinos sean conscientes de cómo este tipo de castigos podrían afectarlos. "Se puede ver desde el estado mental del pueblo chino", dice. "Sus ojos están cegados & sus oídos están bloqueados. Ellos saben muy poco sobre el mundo & viven en una ilusión".
Pero el sistema de crédito social llega incluso más allá de esto. Los individuos no son los únicos sujetos a esta gamificación. También lo son las compañías dentro de China, pero también las empresas que están fuera de ella, con aerolíneas internacionales que ya sienten los aspectos coercitivos del polémico sistema, que algunos temen podría "interferir directamente en la soberanía de otras naciones".
De vuelta a casa, las encuestas muestran que el sistema inicial ya es popular entre los ciudadanos socialmente favorecidos que ya están disfrutando de los beneficios de los programas piloto. En otras palabras, el juego está encendido. "Parece que ayudará a mejorar la calidad de los ciudadanos a largo plazo", dijo Joyce Hu, vendedora de Shanghái, a NPR el año pasado. "Mientras no viole mi privacidad, estoy de acuerdo".
El sistema "premiara" a los ciudadanos
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